-Me gusta provocarte.-
-Te estás pasando.-
-Venga… échame cuenta…-
-Te estás pasando.-
-¿Voy a tener que seguir haciéndolo?-
-Te estás pasando.-
Las vísceras y la sangre se esparcieron por el suelo en cuanto la luna llena se dejó ver, con cautela, a través de las nubes.
D.
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