miércoles, 25 de mayo de 2011

Midnight Dream

Noches… ¡qué gran momento para pensar! Sí… pensar… y leer y estudiar; gran momento para esconderse y perderse entre cientos de estrellitas que se intuyen a través de la contaminación lumínica… lunas que desaparecen al envejecer y pensamientos que flotan en un aire teñido de azules y negros.

Preguntas… respuestas… preguntas y preguntas… y respuestas a más preguntas… hasta que paras y no vuelves a preguntar, porque decides que en el silencio encuentras grandes verdades. Y ya nada vuelve a importar, porque aprendiste en una tarde de borrachera que los verdaderos problemas te sorprenden en una noche de martes sin que te lo esperes, y que no merece la pena preocuparse por nada. Sonríes y sonríes y te das cuenta de que con cada inspiración te llenas de vida y con cada exhalación te vacías de malos karmas. Y cuanto más respiras más sonríes, y cuanto más sonríes más respiras.

Preguntas… respuestas… preguntas y preguntas… y respuestas a más preguntas… hasta que paras y no vuelves a preguntar, porque decides que el acordeón que suena a lo lejos te vale para entender que la perfección existe incluso habiendo cucarachas a tu alrededor, y que incluso sin cruzar palabras puedes entender hasta el más complejo pensamiento, tan solo sintiendo.

Si te digo que puedo volar… ¿qué harías?

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