lunes, 31 de enero de 2011

Sing once again with me…

Y en ese momento se hizo el silencio. Un silencio azul. No podía respirar, no veía ni tan siquiera lo que tenía enfrente. La cada vez más suave melodía que tiempo ha fue bella cesó tan de repente que el sonido del vacío le perforó los tímpanos, como si acabaran de gritarle al oído o como si de un bofetón se tratara. No podía parpadear ni tan siquiera. Hasta la sucesión constante de imágenes que solía tener en su cabeza se detuvo. Nada. Absolutamente nada. El silencio se extendía por su cuerpo paralizándole y de repente lo comprendió. Tenía que salvarlo antes de que el silencio lo destruyera por completo. Con un último aliento de voluntad decidió congelar su corazón para no perder los últimos recuerdos que le separaban de la eterna locura… y así envió esos restos a una estrella lejana.

El silencio azul, impío y ajeno a la cristalización del corazón, continuó extendiéndose por su cuerpo hasta que ya no sabía dónde terminaban sus dedos y empezaba el aire que parecía rodearle mas no llenar sus pulmones. Cayó de rodillas… frío… mucho frío… demasiado frío… el alma se comenzó a agarrotar… pero ya le daba igual… y en el frío cayó… y cayó… y cayó… en un mar azul de ¿dolor? si hubiere algo en ese mar que se pudiere sentir… no había música porque su ángel de la música lo había abandonado… y los demás también. Ahora estaba, por fin, solo.

Adiós.

Je suis désolé… mais… la destinée t’enchaîne â moi sans retour…

lunes, 24 de enero de 2011

Querido Dorian,

Hace mucho que no me da por escribirte directamente. Supongo que no te echaba de menos mientras no me diera por pensar demasiado en ti. Lo cierto es que sí que te echo de menos. Y mucho. ¿Cómo te van a ti las cosas? ¿Como siempre?

Necesito a alguien con quien poder hablar sin ser juzgado (se que si me tuvieras delante te reirías de mi y me soltarías un victorioso “te lo dije”), y estoy empezando a caer en la cuenta de que eres el único que me quiere por algo más que lo que se ve de mi. Se podría decir que me completas.

Desde que te marchaste han pasado tantas cosas que no se cuales debería contarte y cuales no. A modo de resumen, me he quedado solo. Creía que podía confiar en alguien, pero no veo más que intereses ocultos por todas partes. Algunos lo llaman amistad, otros lo llaman sexo, y los hay incluso que son capaces de llamarlo amor. ¿Tú sabes lo que es el amor, Dorian? ¿Acaso lo sabías cuando estábamos juntos? Yo creía que sí. Recuerdo esas interminables tardes en las que nos pasábamos horas mirando las estrellas, soñando con reinos lejanos, sobrevolando la ciudad con nuestras preciosas alas (por cierto, las he perdido, pero ya te contaré en otra carta), cantando mientras paseábamos de la mano por parques y catedrales y castillos que a nuestro paso eran mágicos como solo los dos juntos podríamos hacer que fueran… esa magia era nuestro amor… pero ahora no hay magia. No hay ni tan siquiera Música… sí, así están las cosas.

Recuerdo también que fuera la hora que fuera venías a dormir conmigo si estaba triste. No me dejaste solo ni una sola noche en la que necesitara de tu calor. Ni aunque hubiera mil cosas que hacer al día siguiente. Ni aunque lloviera, tronara, helara de frío o abrasara de calor… Siempre ahí con esa sonrisa tuya tan encantadora, tan… familiar… atenta… oportuna…

Desde que te fuiste he llamado amor a tantas cosas diferentes que ya no se qué pensar. No puedo ni tan siquiera confiar en mi mismo. Estoy… confuso. Y tengo miedo. Me siento manipulable e influenciable sin ti… y sí… creo que aunque me fastidie reconocerlo… te necesito. Me manipulan con sentimientos, con miradas, con abrazos y besos, con lágrimas y sonrisas. Soy incapaz de decidir qué hacer o no hacer… si avanzar… si retroceder… me siento desvalido… perdido… tan pequeño…

Por aquí hasta los hay que dicen que me conocen…Creen que saben cómo actuaré, a dónde iré, qué pensaré o sentiré… Pero ¿cómo demonios pretenden conocerme a mi si no te conocen a ti? ¿Si no tienen ni idea de quién eres ni lo que representas para mi?

Es lo que pretendo con esta entrada del blog: que vuelvas. Te echo de menos, te necesito… necesito volver a dormir contigo las noches en las que llore… y que cada una de ellas sea interminable, como nuestras historias… nuestro romance… nuestra existencia.

Ojalá decidas lo correcto (aunque a nosotros nunca nos ha importado si algo es correcto o incorrecto… ¿verdad?), o al menos sientas tanto como yo que fue una completa estupidez que nos separáramos.

Te quiere y echa de menos,

tu Alvarito

 

110125-033037

viernes, 21 de enero de 2011

Zero

It feels somehow like words come out easier in faraway northern languages than in my own spanish words. Maybe familiar sounds make things more real… I have no real things to say, so I have no need to use my own language.

And today was a day just like any other…

No thoughts, no feelings, actually I have nothing to share, so I don’t know why am I even updating my blog. I simply needed write. And imagine something, somewhere and someone different from me. But my battery is over. Again.

domingo, 16 de enero de 2011

Rápido...

...aprovecha ahora que me pica un ojo y los tengo que cerrar para rascarme...

jueves, 13 de enero de 2011

I’m done

Wanna run, wanna drive far away, but don’t really wanna go anywhere, cos’ you know that anywhere you’d feel the same as you feel cos’ this feeling’s stucks in your head and I see your eyes again and I faint as I fade away…

CapturaForever we said, and forever you’d forget that we were never supposed to cross that line again… cos’ it was not an option, it has never been an option and it will never be so, so stop pretending your soul is empty, before my mind goes off, and, for sure, forever does.

And again, I miss you, but this note’s just an excuse to let myself fade into dark and watch my heart falling apart, as I finally can dress my darkest clothes and write my name in pain red blood so please simply fuck off.

I won’t say I’m sorry as my fingers cross deceptively so coldy, don’t worry, I hope I’ll be okay, I’ll let you go your way, but, someway, I can still swear that this fucking feeling will manage to stay… can you say the same? Don’t lie… I’m done. Yeah.

sábado, 1 de enero de 2011

Frozen

Nieve, nieve nieva, nieve a la de uno.

Suave y despacito, con el mecer del viento, se posa cada copito en el corazón del corazón de la montaña en la que no me encuentro mientras bailo una canción. Sordo, sordo, sordo… y copito a copito el sonido de dos latidos se adueña de unos oídos que necesitan más escuchar que oír.

Nieve, nieve nieva, nieve a la de dos.

Suave y despacito, con el paso de mis botas, se posa cada copito en el alma del alma que una vez creí que tuve al verme reflejado en un espejo que estalló mientras buscaba ese poquito de luz para servir de algo. Ciego, ciego, ciego… y copito a copito el color de las nubes (cuando están alegres) se adueña del paisaje, más por costumbre que por gusto, frente a unos ojos que necesitan más ver que mirar.

Nieve, nieve nieva, nieve a la de tres.

Suave y despacito, con el recuerdo de un suspiro, se posa cada copito en la mente de la mente del filósofo del que apenas puedo recordar tan siquiera lo que nunca llegó a escribir. Mudo, mudo, mudo… y copito a copito las palabras que selló en su corazón y sus labios no pronunciarían jamás se consumen y corrompen el sentimiento que, más que sentir, quizás, necesitaba sentirse.

Nieve, nieve nieva, nieve a la de, y por último, cuatro.