“Quizá existo porque tú existes, al igual que tú existes porque existo yo. Quizá tenga que ser así por providencia divina, destino o cualquier absurda justificación que una mente simple y superficial pueda concebir. Pero hay veces en que te reventaría la cabeza contra una pared una y otra vez hasta borrarte esa estúpida autosuficiencia y egolatría de la cara.”
Y en eso pensaba yo durante el funeral de la diosa, al son del clamor de lejanos tambores y tristes instrumentos de viento que se perdían en la oscuridad del bosque.
No te aguanto. Y menos hoy.
D.
No hay comentarios:
Publicar un comentario