Nota, acorde y arpegio… dúo en G, púa y algo de blues… clásico capricce a base de cuerda y arco… y cantamos un poquito de soul… Y así comienza el chun, chun, pá de la semana.
La canción comienza, las luces se apagan, el público aguanta la respiración… una nota incrementa la tensión: es tan sólo un punto en el espacio infinito, pero infinitamente más colorido que el más vivo de los colores… arpegio arriba… arpegio abajo… y los cuerpos comienzan a vibrar con la emoción; es el momento de la encarnación de Apolo.
El arte es la capacidad de la Voluntad para manifestarse y crear… así que, ¿porqué no usarla?
D.
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