martes, 13 de abril de 2010

When memories turn into... C o L o R s !



Aparté la vista de la pantalla casi con aburrimiento. Dios, me voy a pasar la tarde entera encerrado en casa... y aparte el tiempo está fatal, no apetece salir... Vuelvo a mirar hacia el ordenador. Abro una carpeta, cierro otra, respondo a quien me habla por el messenger... La habitación sigue en silencio. La residencia entera está en silenco. ¿Porqué no se pondrán a hacer el cafre hoy que me apetece? Desde el escritorio algo llama mi atención: una caja de colores de cera. Vaya... lo que me faltaba para seguir dandole vueltas al tema. Eran las ceras que compramos Miguel y yo en Halloween para pintarnos la cara cuando nos disfrazamos. Me siento tan emo. De forma distraída, extraigo el color negro (como no) de la caja y lo miro. Tiene forma de lápiz de ojo... Libero mi mente y recorro mis tardes adolescentes tirado en el río, rodeado de gente bebiendo cocacola (y lo que no era cocacola) y fumando cachimba (y lo que no era cachimba)... y me veo con mis ojos pintados de negro, mi flequillo castaño cayéndome sobre la cara, tumbado en lo alto de la plataforma contemplando la puesta de sol sobre el Guadalquivir... Paz y Angy un poco más arriba, abrazadas, se susurran algo con cariño... Los emo, góticos, punks y demás tribus urbanas del lado oscuro se amontonan a los pies de la plataforma... hay tanta tranquilidad aquí arriba... Empieza a levitar suavemente y mi entorno desaparece, dejando paso a mi habitación de la residencia en la que me encontraba, con el lápiz de color en la mano. Qué tiempos aquellos... pensé con nostalgia.


Me puse en pie y blandiendo la cera negra me dispuse a recordar esos tiempos. Me situé delante del espejo, me retiré el flequillo de la cara (joder, Álvaro, ya te toca lavarte el pelo), y comencé a pintarme la raya negra en los ojos. Movimiento tras movimiento evocaba la sensación que tenía antes de salir de casa aquellas interminables tardes de viernes y sábado... Listo, ya está. Vaya, hacía tiempo que no te veía así. Oye... ¿¿porqué no pruebas también con el rojo?? Fue casi pensarlo y hacerlo. Volví a recoger el otro color y me pinté bajo la raya negra otra roja. Ala, genial. Mmm... ¿¿y el morado?? Y repetí el proceso con el color morado. Después vino el azul... y el amarillo... y comencé a pintarme la cara entera con todos los colores de aquella caja. No podía dejar de pintarme y sonreir con cada nuevo trazo. Dios, ¡qué divertido! Me sentía como un niño pequeño que acababa de descubrir lo divertido que es colorear.


Terminé mi creación y la contemplé en el espejo. ¡Alaaaa! Entonces se me ocurrió otra idea. Y si... Me quité la camiseta y volví a coger los colores. ¡¡A dibujar!! Y de esa forma, trazo tras trazo, comencé a dibujar sobre mi torso desnudo cual bebé con una hoja de papel en blanco... espirales, notas musicales, una clave de sol, un corazón, mariposas.... ¡¡Ésto es geniaaaal!! Y mientras me miraba en el espejo... no podía dejar de reirme. Y ahora fotos... Saqué la cámara y después de colocarla en el trípode comencé a sacar fotos a mi obra de arte con todas las caras que se me ocurrieron.

* * *

Cuando terminé de sacar las fotos y de corregirlas y darles algún efectillo las subí a mi página de fotos. Me habían quedado tan bien.... Volví a sonreir pensando en lo bien que me lo había pasado yo solo con la caja de colores...

3 comentarios:

  1. Ahora parece mucho más el blog de una quinceañera enamoradiza! (=

    Me alegro tanto que estes tan feliz.
    Te quiero!

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  2. Qué va, qué va... ahora es el blog de un ser de espíritu romántico a punto de desarrollarse...

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  3. Siempre es bueno saber cómo cada uno ha llegado hasta el punto en el que se encuentra ^^

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