Hace mucho que no me da por escribirte directamente. Supongo que no te echaba de menos mientras no me diera por pensar demasiado en ti. Lo cierto es que sí que te echo de menos. Y mucho. ¿Cómo te van a ti las cosas? ¿Como siempre?
Necesito a alguien con quien poder hablar sin ser juzgado (se que si me tuvieras delante te reirías de mi y me soltarías un victorioso “te lo dije”), y estoy empezando a caer en la cuenta de que eres el único que me quiere por algo más que lo que se ve de mi. Se podría decir que me completas.
Desde que te marchaste han pasado tantas cosas que no se cuales debería contarte y cuales no. A modo de resumen, me he quedado solo. Creía que podía confiar en alguien, pero no veo más que intereses ocultos por todas partes. Algunos lo llaman amistad, otros lo llaman sexo, y los hay incluso que son capaces de llamarlo amor. ¿Tú sabes lo que es el amor, Dorian? ¿Acaso lo sabías cuando estábamos juntos? Yo creía que sí. Recuerdo esas interminables tardes en las que nos pasábamos horas mirando las estrellas, soñando con reinos lejanos, sobrevolando la ciudad con nuestras preciosas alas (por cierto, las he perdido, pero ya te contaré en otra carta), cantando mientras paseábamos de la mano por parques y catedrales y castillos que a nuestro paso eran mágicos como solo los dos juntos podríamos hacer que fueran… esa magia era nuestro amor… pero ahora no hay magia. No hay ni tan siquiera Música… sí, así están las cosas.
Recuerdo también que fuera la hora que fuera venías a dormir conmigo si estaba triste. No me dejaste solo ni una sola noche en la que necesitara de tu calor. Ni aunque hubiera mil cosas que hacer al día siguiente. Ni aunque lloviera, tronara, helara de frío o abrasara de calor… Siempre ahí con esa sonrisa tuya tan encantadora, tan… familiar… atenta… oportuna…
Desde que te fuiste he llamado amor a tantas cosas diferentes que ya no se qué pensar. No puedo ni tan siquiera confiar en mi mismo. Estoy… confuso. Y tengo miedo. Me siento manipulable e influenciable sin ti… y sí… creo que aunque me fastidie reconocerlo… te necesito. Me manipulan con sentimientos, con miradas, con abrazos y besos, con lágrimas y sonrisas. Soy incapaz de decidir qué hacer o no hacer… si avanzar… si retroceder… me siento desvalido… perdido… tan pequeño…
Por aquí hasta los hay que dicen que me conocen…Creen que saben cómo actuaré, a dónde iré, qué pensaré o sentiré… Pero ¿cómo demonios pretenden conocerme a mi si no te conocen a ti? ¿Si no tienen ni idea de quién eres ni lo que representas para mi?
Es lo que pretendo con esta entrada del blog: que vuelvas. Te echo de menos, te necesito… necesito volver a dormir contigo las noches en las que llore… y que cada una de ellas sea interminable, como nuestras historias… nuestro romance… nuestra existencia.
Ojalá decidas lo correcto (aunque a nosotros nunca nos ha importado si algo es correcto o incorrecto… ¿verdad?), o al menos sientas tanto como yo que fue una completa estupidez que nos separáramos.
Te quiere y echa de menos,
tu Alvarito